Por:
José Manuel Pérez Verdejo
Creo
que el verdadero motivo que me llevó a leer este libro -escrito por J. D.
Salinger- fue curiosidad, pues después de haber visto a mi padre interesarse
tanto en él, me pareció agradable el poder leerlo. Investigué en internet lo
referente al libro, obviamente sin leer un resumen o algo así, y lo que encontré
me llevó a quererlo todavía más, sobre todo al saber que el asesino de John
Lennon -Mark Chapman- y Charles Manson habían basado sus acciones delictivas en
este libro.
Después
de que lo leí, dudé llegar a ser algo así como un asesino.
El
personaje principal, Holden Caulfield, es un adolescente al que acaban de
expulsar por cuarta vez de un internado, y a lo que teme es a la reacción de
sus padres al enterarse, así que huye de Pensilvania y se dirige a su hogar en
Nueva York, con el poco dinero que tenia ahorrado.
El
clímax del libro llega en la situación que se plantea Holden al llegar a su
casa y encontrar a su hermana pequeña, demasiado lista para su edad, y ella le
dice que su padre se enojará con la noticia, así que Holden se plantea esta
curiosa metáfora acerca de lo que planea ser: “Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo
de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor
vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en
evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar a dónde
van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el
tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una
tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una
locura”.
Creo
que este planteamiento existencialista es el que nos muéstrala verdadera
realidad de Holden, y la intención de Salinger al proponer este dilema.
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