Por: Pedro Conde Ortiz Hernández.
En esta novela, Vargas Llosa nos
narra una historia de amor, un amor que llega a ser torturante y enfermizo para
el protagonista, pero donde también ocurren muy buenos momentos.
La historia trata sobre Ricardo
Somocurcio, un joven de quince años, habitante de la ciudad de Lima, en
Perú. Él conoce casualmente a una chica
bastante distinta en su forma de ser a las demás, que se distingue por su
atrevida forma de vestir, hablar y actuar, algo no bien visto en la sociedad de
ese tiempo, principios de los años cincuenta. Poco a poco, Ricardo se va
adentrando en la vida de esta chica, de supuesto origen chileno y llamada
“Lily”, pero al mismo tiempo se va dando cuenta de que ella es algo “extraña”,
pues su personalidad no es nada parecida a las demás chicas del lugar y la
época. En un mal día, Ricardo deja de ver a Lily durante mucho tiempo,
despareciendo de una manera espontánea y sin oportunidad de que pudiera
despedirse de ella.
Ricardo siempre tuvo un sueño desde la
infancia: Vivir en París. Tras muchos años de espera, el destino lo llevó hasta
ese lugar, y pudo ver su sueño realizado. Trabaja como traductor en la Unesco,
y más tarde como intérprete. Sin embargo, en este lugar, a miles de kilómetros
de su tierra natal y tras varios años de haber ocurrido, inesperadamente se
encuentra a una chica muy peculiar, con una personalidad alegre y burlona, que
le parece conocida. Ella era “la niña mala”, en el lugar y momento menos
imaginados…
La vida de Ricardo transcurre viajando a
varias ciudades como Londres o Tokio, estableciéndose en éstas por motivos
laborales, y en todas ellas acontecen inimaginables sucesos con estos dos
personajes.
Travesuras de
la niña mala no es como cualquier otra historia de
amor. Ricardo muestra a lo largo de cuarenta años un enfermizo enamoramiento
hacia la niña mala (cuyo verdadero nombre lo descubre después de varias décadas)
a tal punto de parecer una obsesión. Él recibe burlas, rechazos, desprecios,
humillaciones por parte de ella, y a pesar de todo, le sigue sintiendo afecto,
aunque debido a la personalidad indomable de la niña mala nunca sería
correspondido.
Vale la pena leer esta novela de Vargas
Llosa, pues la historia es muy atractiva desde la primera página, pues incluye
drama, tristeza, suspenso, erotismo e incluso tiene destellos de mucha ironía.
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